jueves, 8 de mayo de 2014

Cuentos de Víctor Manuel Vázquez Gándara

 Tlanestli

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Creo que mi amistad con Víctor Manuel Vázquez Gándara es tan extraordinaria como los sabores de vinos que nunca podemos olvidar. Durante la presentación de mi novela Entre la pena y la nada, hace algunos lustros, él apareció con un traje a la moda de entonces y una corbata de fabricación italiana. Desde aquella imagen nos unieron dos pasiones: la de editar libros y sobre todo fomentar las conversaciones relacionadas con recientes lecturas de autores contemporáneos. Más tarde, acostumbraba, en forma cordial acompañarme a las veladas literarias de la revista Cultura de VeracruZ.
                 Años después me sorprendió con la fundación de las páginas educativas y culturales de su periódico Tlanestli, que hasta la fecha continúa en circulación heroica con sus apariciones mensuales. Hace tiempo me contó que participaba en un taller de escritura, y posteriormente en un diplomado de creación literaria que se imparte en la Universidad Veracruzana. Fue cuando me confesó entusiasmado que le dedicaba horas a la escritura de sus breves textos.
                Sin duda alguna, el día que me obsequió un ejemplar de su libro Antigüedades, Aprendiz… y otros cuentos, que editó en un tiraje casi secreto de 10 ejemplares, sentí la emoción de ver por primera vez una colección de cuentos de su autoría. Agradecí su regaló, el cual coloqué entre otros libros que estaban destinados a próximas lecturas. Pasaron los días, y llegó la mañana cuando le tocó el turno a la obra Antigüedades, Aprendiz… y otros cuentos. Al abrir sus primeras páginas tuve un ataque de nervios porque leí la dedicatoria impresa en donde estaba mi nombre.
                Desde  luego percibí un enorme compromiso debido a la responsabilidad de reconocer en letras de imprenta la solera de la amistad, y por supuesto me asombró la sinceridad de la impronta con este reconocimiento a quien lleva mi nombre y ha dedicado su vida a la labor editorial y también su imprescindible empeño hacia la escritura de libros de cuentos. Por lo que sentí particular curiosidad por conocer los temas e historias que aparecen en Antigüedades, Aprendiz… y otros cuentos.
                Recordé la paciencia, el interés y la entrega de Víctor Manuel Vázquez Gándara, por incursionar en el campo de las letras. Cada uno de sus cuentos destaca por la transparencia de los conflictos humanos y la suprema adoración por este género literario que ha sido mi preocupación mayor que tuvo su reconocimiento con mi investigación y estudio en la antología El cuento español actual, además en mi insistencia de recoger y publicar relatos en las páginas de la revista Cultura de VeracruZ.
Ahora la lectura de los textos de Víctor Manuel Vázquez Gándara incluidos en su libro Antigüedades, Aprendiz… y otros cuentos, demuestran y comprueban el poder creativo de un autor originario de la capital veracruzana que se atrevió  a dar a conocer a través de la escritura el dominio de cuentos interesantes, con atmósferas y situaciones terribles; en donde el ser y estar en el mundo de sus personajes, plantean y enfrentan historias llenas de misteriosas experiencias dignas de ser rescatadas a través de la creación literaria.
                Algunos de los cuentos de Víctor Manuel Vázquez Gándara, alcanzan las reacciones patéticas de los seres humanos que no aceptan por nada la mediocridad de la vida y proponen  alternativas para la comprensión de nuestras impulsivas reacciones ante las cosas absurdas de lo cotidiano. Sitio donde permanecemos  inmersos en la tarea difícil de contemplar y analizar la realidad que nos rodea. El autor se transforma en el curioso impertinente que con su escritura rescata y describe los impulsos insólitos  por salir a flote en la búsqueda de los proyectos que plantea el escritor delante de la perspectiva de la contemplación literaria.
Con la fuerza de las palabras, Víctor Manuel Vázquez Gándara, solicita y propone la lectura de estos cuentos sobre la representatividad que comparte la convicción de ajustar la expresión directa y transparente, sobre la vital capacidad de rendir pleitesía y respeto a este género literario que tantos años le ha dedicado Víctor Manuel Vázquez Gándara, un espacio inmenso de su propia existencia, bajo la fascinación de compartir mediante un lenguaje directo y efectivo la construcción de su carrera literaria. La escritura narra la representación de imágenes desprendidas de la realidad y en forma de libro corresponde a la reunión de  un conjunto de páginas en prosa bajo el nombre de literatura. Comprende la identificación de reglas que indican los caminos abiertos y propuestas por los autores universales, quienes dejaron sus obras magistrales para su lectura como aprendizaje de las estructuras narrativas. A través de sus textos, “los escritores clásicos  - escribe Claude Roy- nos tienden el caracol de mar (que es obra literaria) para que lo acerquemos a la oreja y oigamos rumorear  la noche de los tiempos y comprendamos el día del nuestro”.

   El maestro del cuento contemporáneo Antón Chéjov sentenció que: “en el  cuento es mejor quedarse corto que decir demasiado”. Agregó también que: “para esculpir un rostro en una pieza de mármol, es necesario quitar todo aquello que no forma parte de la cara”. Jorge Luis Borges aclaró que: “el cuento deberá tener dos argumentos, uno falso, que se indica vagamente, y otro auténtico, que se mantendrá secreto hasta el fin”. En los cuentos de Víctor Manuel Vásquez Gándara, se proyectan argumentos precisos y sencillos. Sin complicaciones trascienden la brevedad del cuento donde se describen algunos aspectos, a veces escondidos en la oscuridad del pensamiento, aunque luego brotan frente a la luminosidad de la vida. Ahora conviene abrir las páginas del presente libro, e invitar a la comunión con las palabras que edifican estos textos literarios.

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