martes, 21 de agosto de 2012

Francisco Javier Alegre, Un ilustre veracruzano

Un ilustre veracruzano
Por Raúl Hernández Viveros


Francisco Javier Alegre nació el 12 de noviembre de 1729 en el puerto de Veracruz,  y murió en  Bolonia, Italia, el 16 de agosto de 1788. Este ilustre veracruzano fue  historiador, geógrafo, traductor, y creador de obras de gran interés sobre diversos temas. Latinista y experto en la cultura antigua y medieval. También estudió los idiomas griego, hebreo, francés, italiano, y  náhuatl. Escribió la Historia de la provincia de la Compañía de Jesús de Nueva España, agrupación iniciada en el siglo XVII por Francisco de Florencia.
Fue expulsado en 1767, y en Bolonia, escribió sus obras; dio a conocer su versión de Arte poética, de Nicolás Boileau. Ofreció la versión latina de la Iliada, y escribió su poema titulado Alejandriada. También  realizó el estudio sobre las Instituciones teológicas. Es importante reflexionar sobre algunas de sus propuestas. Por ejemplo,  sobre el “Origen de la autoridad”, en donde destacaba que “la autoridad civil no viene inmediatamente de Dios a los gobernantes sino mediante la comunidad”.
También destacó su reflexión sobre “El comercio de esclavos negros”. De sus memorias fueron importantes las descripciones acerca de la ciudad de México, en las cuales señaló el establecimiento en 1559 del Tribunal de la Inquisición, así como también de la Universidad.
Francisco Javier Alegre escribió sobre el último rey de Michoacán que fue quemado vivo para que entregara sus tesoros.  Se refirió al terror de las armas “como se pretende introducir en los salvajes, no se aprenden bien con ejemplos de tiranía”. Ofreció su versión sobre la rebelión victoriosa de los negros que en 1609 dispusieron servir en defensa de España, y se les permitió fundar la población de San Lorenzo. Hizo un reconocimiento al padre Eusebio Francisco Quino, quien predicó en California.
Desde luego su trabajo  de investigación sobre “La expulsión de los jesuitas” quedó como un testimonio de la persecución de que fueron objeto estos misioneros intelectuales por el delito de promover la educación y la cultura en México. Francisco Javier Alegre escribió que: “A la mitad de junio de 1769 se supo haber llegado a los señores virrey y visitador pliegos misteriosos de la Corte, en cuya virtud se despachaban comisarios con despachos secretos, que no debían abrirse hasta tal o tal parte, conforme a los destinos de cada uno.”
Gabriel Méndez Plancarte en la introducción al libro Humanistas del siglo XVIII, señaló que: “Un dómine enjuto de  carnes y de mollera, fosilizado en la árida disección de lenguas muertas, momificado en la adoración de la antigüedad, preso en la tupida red de las minucias gramaticales y de las figuras retóricas, acartonado y estéril como todo lo que huye del sol y del libre juego de la vida innumerable…” Para describir exactamente la figura de Francisco Javier Alegre, y de los demás prosistas representantes del humanismo jesuita.    

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