martes, 23 de mayo de 2017

ANIVERSARIO DE LA PALABRA Y EL HOMBRE, UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Raúl Hernández Viveros









Bajo el rectorado de Gabriel Garzón Cossa, en la revista Uni-Ver, 1949, su director Alberto Sánchez Cortés, en el editorial  advirtió que:   “Este periódico, llevará la humildad de nuestra formación a las más alejadas Universidades. Nuestro mensaje de optimismo y de fe, llegará a los más apartados lugares y en todas partes sabrán que existimos y que si bien ocupamos un modesto sitio en los mapas geográficos, comparativamente en los mapas del  Ideal figuramos al igual que las mas venerables antiguas y potentes Universidades de las Tierra”.
A casi un lustro en 1949, se recordó que  la Universidad Veracruzana, el 11 de septiembre de 1944 celebró su primera sesión ordinaria el  H. Consejo Universitario, máxima autoridad, que fue establecido el 28 de agosto del mismo año, de acuerdo a su Estatuto Orgánico. Desde aquella fecha sus instalaciones quedaron en la calle Benito  Juárez  No. 23, y 55 actualmente, en donde iniciaron clases  las Facultades Jurídica y de Comercio.
RECTOLa enseñanza  se impartía  a 6,752 alumnos, también se divulgaba la cultura, con el Instituto de Música, Danza y Declamación, las bibliotecas  funcionaban en Orizaba y Xalapa. La Orquesta Sinfónica presentaba  conciertos populares, y en la pinacoteca se montaban exposiciones. El trabajo de  investigación inició con el Departamento de Arqueología; es fundamental  la consulta y el registro de los informes de José García Payón en las páginas de Uni-Ver. Todo este material resultaría trascendental reunirlo en un volumen actual.
En el No. 14,  febrero de 1950, de la revista Uni-Ver, se dio a conocer la información de Leonardo Pasquel sobre la visita de Gabriela Mistral a la capital veracruzana, quien   se alojó en la hacienda “El Lencero”; hasta donde llegaron a visitarla “las exponentes del fenómeno literario en México, a las ya conocía a través de  la Revista América. Pita Amor, Margarita Michelena, Rosario Castellanos y Dolores Castro, son sus nuevas amigas, y en ellas tiene puesta su fe,  su esperanza de elevación de la mujer, uno de sus más firmes  pensamientos”.
Además hay que destacar los relatos en Uni-Ver,  de Emilio Fernández C., quien fue Director de la Escuela Esfuerzo Obrero, maestro de varias generaciones, y  murió en Ciudad Mendoza, Ver. Por otra parte, es conveniente descubrir el talento inicial de Aureliano Hernández Palacios  que expuso en sus reflexiones  “La vocación de la Vida y en los Libros”, que se publicó en el No. 15 marzo de 1950, Uni-Ver. Un verdadero recuerdo a uno de sus docentes: “El ilustre maestro D. Eduardo R. Coronado, de grata memoria para quienes tuvimos el privilegio de abrevar en las fuentes de su sabiduría, a menudo solía decirnos con su ironía característica que  aunada a  su bondad y a su saber, “que en todos los libros hay alguna verdad”; esta generalización abarca, pues por  igual tanto a los buenos como a los malos libros. De ahí que he buscado en mis lecturas la verdad de que hablaba el maestro y la he encontrado”.
En enero-marzo de 1952, apareció la revista Universidad Veracruzana, con su director Librado Basilio en el rectorado de Arturo Llorente González. Bajo este propósito se planteó el proyecto de: “crear un Departamento Editorial, cuya misión consistirá en divulgar por medio del libro las obras de autores veracruzanos nacionales y extranjeros, para realizar de esta manera,  fuera de las aulas, la altísima misión que tiene encomendada:  iluminar y guiar a las inteligencias”. De esta manera nacieron la edición de la revista Universidad Veracruzana, y al mismo tiempo, algunas  colecciones  de libros.
Del 22 al 29 de julio de 1951, tuvieron efecto la X Sesión del Congreso Mexicano de Historia, y la V Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología. Este mismo año se formó el Teatro de la Universidad Veracruzana, con la puesta en escena de “Los intereses creados” de Benavente, y dos entremeses de Cervantes: “La cueva de Salamanca” y “El viejo celoso”, además de escenificarse “Daba el ventero a  Sancho”.
En la inauguración de la Facultad de Medicina en Veracruz, Miguel Alemán escribió; “que la Universidad Veracruzana contribuya con el caudal  de su cultura y el vigor de sus hombres al progreso y a la grandeza del pueblo de México”. El Presidente de México fue acreditado como Doctor Honoris Causa y Rector Ad Honorem  y Ad Perpetuan, en 1952. Durante dicho año en la Galería Artística  Universitaria se hizo la muestra de 6 retratos de José Justo Montiel, iniciador y promotor de la “Escuela Veracruzana”, la mayor parte de sus cuadros de este pintor  fueron realizados en  su taller de Orizaba  que fundó  a la mitad del siglo XIX.
 El 29 de noviembre de 1953, Ezequiel Coutiño fue designado Rector. La  revista Universidad Veracruzana, No. 3 julio-septiembre del mencionado año,  dedicó sus páginas a la conmemoración de los 100 años del nacimiento de Rafael Delgado (1853-1914). Después en el No. 4 octubre-diciembre de 1953, de la misma Revista, se recordó el centenario del nacimiento  del poeta  Salvador Díaz Mirón (1853-1953).
El rector de la UV, Gonzalo Aguirre Beltrán, tuvo a bien designar en 1957 a Sergio Galindo Márquez como director de la Editorial y de la revista La Palabra y el Hombre. Desde el principio, se planteó la propuesta de que: "Toda obra publicada por la Universidad Veracruzana responde, en principio, a una doble necesidad: una, el natural afán de comunicación del que escribe y, otra, la primordial se refiere al público al que se le dedica. Es decir, la labor editorial supone establecer un diálogo entre el autor y sus lectores, pero también significa procurar la participación general en los beneficios del conocimiento, puesto que es imposible concebir desarrollo o superación al margen del conocimiento mismo"¬.
Con esa visión sobre el papel tan extenso que significa la labor editorial, en 1959 se abrió un espacio enfocado a la publicación de textos importantes sobre investigaciones relacionadas con la filosofía, la literatura, la lingüística, la historia y la sociología, bajo el nombre de Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras. Con la aparición del libro Discurso de Filosofía, de José Gaos, comenzó la tarea fundamental de reunir textos de vital trascendencia académica. Por lo que se dieron a conocer, al poco tiempo, las siguientes obras: Los países tropicales, de Pierre Gourou; Ensayos filosófico-jurídicos, de Eduardo García Máynez; Tres salvaciones del siglo XVIII español, de Rafael Segovia Canosa; Orígenes de la filosofía y de su historia, de José Gaos; Gramática del popoluca de la sierra, de Benjamín Elson; Seis estudios históricos de tema mexicano, de Edmundo O’ Gorman; Breve historia de Veracruz, de José Luis Melgarejo Vivanco; La ambigüedad en el Quijote, de Manuel Durán; La Universidad Latinoamericana, de Gonzalo Aguirre Beltrán, y Cuestiones educativas y páginas sobre México, de Fernando Salmerón.
Posteriormente, incluyeron otras obras universales, como por ejemplo Existencialismo, de Juan David García Vaca; Etimos latinos, griegos y nahuas, de Juan A. Hasler; Estudios de historia y derecho, de Javier Malagón Barceló, y Razón del mundo. La preocupación de España, de Francisco Ayala, entre otros libros.
En Biblioteca pueden observarse, pues, numerosos trabajos de filosofía e historia de autores como José Gaos, Rafael Segovia Canosa, Manuel Durán, Juan David García Bacca y Francisco Ayala, entre muchos otros. Con esta tradición, la colección Biblioteca continuó en su afán por dar a conocer y publicar materiales bibliográficos indispensables para el conocimiento, que incluyen temas vinculados con el pensamiento universitario.
Años más tarde, se publicó, entre muchos otros volúmenes, la segunda edición de Cultura y conquista. La herencia española de América, de George M. Foster, traducida por Carlo Antonio Castro, quien al año siguiente dio a conocer su investigación Enero y febrero: ¡ahijadero! En 1986, apareció Cultura indígena e integración nacional, libro de Giovanni Marcheti traducido por María del Rosario Rodríguez y Alberto Guaraldo. Este estudio fue realizado en Bolonia, Italia, ciudad donde vivió Francisco Xavier Clavijero, y en él se incluyó el prólogo de Alberto Guaraldo, que habla sobre la importancia del pensador veracruzano en la formación de la conciencia nacional mexicana.
Asimismo, en la colección Biblioteca introdujeron, entre otros, textos de los principales investigadores de la Universidad Veracruzana: José Velasco Toro, Soledad García Morales, Gilberto Bermúdez Gorrochotegi y Félix Báez-Jorge, quien al catálogo de la serie ha sumado las obras Las voces del agua, Los oficios de las diosas y La parentela de María, ejemplos de los diversos estudios antropológicos que forman parte de esta colección.
Es conveniente señalar que la colección Biblioteca fue hermana mayor de Cuadernos de la Facultad de Filosofía y Letras, serie cuyos números albergaron textos de menores dimensiones, pero no de menor calidad. Por ejemplo, José Gaos publicó en ella su obra Introducción a la fenomenología. También se incluyeron los extraordinarios ensayos de Ramón Xirau, El péndulo y la espiral y Comentario, y los libros Arco y certamen de la poesía mexicana colonial, de José Pascual Buxó, y El sueño creador, de María Zambrano.
Esta última autora incluyó en ese libro editado por la UV la siguiente nota: "Las páginas del presente volumen vienen a ser como un trozo de mineral venido a la luz desde las oscuras galerías de una mina, que el autor querría, quizás por gusto del lugar, seguir recorriendo aún, antes de ofrecer el material ya extraído de ella. Ciertamente que no hubiera podido permanecer en tal lugar, ni en tal situación de no haber recibido asistencia de diverso orden".&a





¬ Ibídem, pp. 3-6  

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