miércoles, 17 de mayo de 2017

60 ANIVERSARIO DEL INSTITUTO de ANTROPOLOGÍA

Raúl Hernández Viveros







Uno de los pilares más importantes de la Universidad Veracruzana, fue el rector Gonzálo Aguirre Beltrán, porque el 11 de enero de 1957 impulsó la creación del Instituto de Antropología, la Escuela de Antropología la Escuela de Historia y la Escuela de Letras. También fundó el proyecto editorial de la revista “La Palabra y el Hombre”. Al mismo tiempo respaldó la fundación de importantes colecciones y series de libros.

Es deber ineludible del universitario, humanista por excelencia, mantener el adecuado equilibrio entre las alturas inmarcesibles de la técnica y los valores universales de la humanidad recordando siempre la antigua frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”, agregada, de otra no menos importante: “el bienestar social, la finalidad última de todo conocimiento.

Afirmó, en 1957, Gonzalo Aguirre Beltrán, al final del discurso que pronunció durante el inicio de cursos de esta casa de estudiosâ. La fundación en 1957, del Instituto, de Antropología,  la Escuela de Antropología, la de Historia,  la de Letras, y principalmente el nacimiento del órgano de difusión de nuestra Máxima Casa de Estudios: La Palabra y el Hombre, Se advirtieron los primeros resultados  en  la serie  de publicaciones  del Instituto de Antropología, con la edición  de Cerámicas del Totonacapan, de Alfonso Medellín Zenil, quien escribió:

Este libro intenta una síntesis de lo más importante que hemos podido conocer  en la exploración del área totonaca del Estado de Veracruz, a través de unos 10 años. Han sido registradas aproximadamente unas 500 zonas arqueológicas que se localizan entre la cuenca del Papaloapan por el sur y de la costa a la zona frigo-serrana.

El trabajo de investigación fue parte fundamental por su calidad y valor científicos, además de su divulgación  en publicaciones;  permitiendo su accesibilidad  a los lectores no especializados,  e involucrándose en forma directa con la comunidad universitaria. Al conocer entonces  los frutos de las exploraciones e investigaciones realizadas, pudo demostrarse el afán por rescatar,  esclarecer y registrar  el desarrollo  cultural de las civilizaciones prehispánicas que tuvieron asiento en algunas partes del Estado de Veracruz.
Gonzalo Aguirre Beltrán, dejó su herencia cultural que se encuentra perfectamente delineada entre los proyectos de creación de nuevos espacios abiertos hacia el pensamiento, la docencia y la investigación.  La circunstancia de haber respaldado el incentivo de un órgano de investigaciones libres, con una enorme variedad  para el desarrollo del pensamiento latinoamericano, representó una de las mayores  contribuciones a  la cultura nacional. Fernando Salmerón Roiz, señaló la importancia de La Palabra y el Hombre:

…porque esa  es la más notable paradoja de la condición humana: que el hombre para serlo en un sentido pleno, ha de lograr que madure su propia individualidad, y al mismo tiempo, ha de saber entregarla a los demás hombres. Ha de ser  a la vez persona y prójimo; libertad y sociedad, soledad y comunicación; palabra y hombre.

El Instituto de Antropología resultó la culminación y desenlace que tuvo su origen el 1º de enero de 1937 al fundarse  la sección de asuntos indígenas; posteriormente se llamó Sección de Antropología, y más tarde denominado Departamento de Antropología. Estos primeros esfuerzos por rescatar algunos materiales arqueológicos, antropológicos y estudios sobre  la cultura veracruzana, fueron consolidados al abrirse el espacio en donde se concentró un grupo de investigadores que debería responder a las tareas de analizar, interpretar y registrar las principales zonas  indígenas y los vestigios  culturales de nuestros antepasados. Al mismo tiempo, de complementar los diseños curriculares en la  labor académica de la Facultad de Antropología. De manera  notable, Roberto Williams García, uno de los pioneros de la antropología veracruzana,  registró los siguientes datos:

La  década de los cincuenta puede considerarse intensa, la de mayor ímpetu arqueológico  para  Medellín al explorar diversas  zonas y haber   obtenido  piezas para  el  museo que se proyectaba.  Museo que recibió absoluto    apoyo  cuando el  gobierno del licenciado .Antonio M. Quirasco,  del  cual  formaba parte el maestro José Luis Melgarejo como subsecretario de gobierno. Este gobierno   nombró como  rector de la Universidad  Veracruzana,  al doctor en medicina  Gonzalo Aguirre Beltrán, antropólogo de valía  nacional   quien, de inmediato,  convirtió al supra mencionado departamento en Instituto de Antropología,  además de promover la fundación  de la Escuela de Antropología,  siendo  Medellín designado director de la  misma Escuela y del Instituto de Antropología. Se acariciaba  desde varios años   el proyecto  de  la creación del Museo como aparador donde se mostrase la potencia escultórica   del antiguo veracruzano. Melgarejo  y Medellín trabajaron  juntos en el proyecto de construcción del edificio   destinado al albergue y exhibición del patrimonio arqueológico de Veracruz.

La riqueza  bibliográfica de la Universidad Veracruzana, estuvo acompañada por las investigaciones relacionadas con los informes de las exploraciones arqueológicas, trabajos etnográficos, diarios de campo y  búsquedas acuciosas en archivos estatales y nacionales, En las páginas  de  La Palabra y el Hombre, pueden todavía consultarse materiales indispensables que constituyen el reflejo de la dinámica intelectual del quehacer universitario.
Para celebrar las 4 décadas del Instituto de Antropología,  se realizó el “Simposio 40 años de Antropología en Veracruz“, estos valiosos materiales de ponencias aparecieron en el libro:  Antropología e historia en Veracruz, que  coordiné bajo la dirección del historiador Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, vinculó al Instituto de Antropología de la excelencia académica. Permanece el testimonio  contenido en la recopilación de 630 páginas de  Antropología e Historia en Veracruz,  editado en 1999.  Al final de  mi ponencia incluida en este  libro,  señalé  mi punto de vista sobre la lectura crítica  de las aportaciones en La Palabra y el Hombre, como:  
La experiencia de revisar cada colaboración  de Alfonso Medellín Zenil culmina con la expectación de haber sido asombrado por el espíritu  de un  precursor en  la arqueología de México, por  su lealtad  y espíritu de  servicio a un territorio  que fue  la visión  de su manera de ser mexicano y sentirse veracruzano (p. 401).

El Instituto de Antropología resguarda en su biblioteca desde su fundación algunos acervos bibliográficos  pertenecientes a Gonzalo Aguirre Beltrán, José García Payón, David Ramírez Lavoignet, entre otros apreciables  materiales  que fueron donados por sus herederos. También hay que subrayar la importancia de las investigaciones en el  Archivo Técnico, donde se albergan importantes informes  de investigaciones. En 2008, la Secretaría de Educación de Veracruz  realizó un reconocimiento a uno de los importantes impulsores del nacimiento del Instituto de Antropología. Por lo cual se hizo la edición del libro Selección de Ensayos y Poemas, En sus páginas participé con mi investigación: “Textos de José Luis Melgarejo Vivanco en La Palabra y el Hombre”.
En 2014 celebramos el centenario del nacimiento de este importante veracruzano, quien nació en Palmas de Abajo, Municipio de Actopan Veracruz el 19 de agosto de 1914. Año en que también nacieron Octavio Paz,â Efraín Huerta y José Revueltas. Por lo que en esta ocasión rescatamos las primeras líneas del ensayo “En torno a la mexicanidad”, de José Luis Melgarejo Vivanco:

Tal vez uno de los aspectos más importantes de la Revolución Mexicana sea su preocupación por conocer a México, a los mexicanos, a lo mexicano. Para lo primero, valiosos hombres de ciencia mantienen tirante la voluntad, en un esfuerzo sin orillas ni reconocimiento. A lo segundo se dedicó un grupo de lo mejor del pensamiento nacional, pero topó con la incomprensión, y el insulto. Pese a ello, conviene perseverar en el propósito esclarecedor, con miras a una futura Sociología Mexicana, porque jamás quedará integrado el todo si falta una de las partes, y entre lo mucho urgido de meditación, existen los conceptos de indígena, español, indiano, criollo, mestizo, referidos a hombres concretos de un territorio material, y no a invenciones flotando en los paraísos artificiales del idealismo.

La herencia académica de Gonzalo Aguirre Beltrán y Fernando Salmerón Roiz, prosigue hasta nuestro tiempo de crisis, incertidumbre, violencia y corrupción. Sus propuestas educativas y culturales continúan en la actualidad, como un punto de partida; desde donde se promovió y animó la distribución del conocimiento y el pensamiento. Desde sus respectivos proyectos universitarios comenzaron y promovieron la publicación de estudios y resultados de investigación, como obras de consulta obligatoria. Las fuentes de consulta bibliográfica de: Pasión y Muerte del Cristo Sol, de Luis Reyes García,  Cerámicas de Totonacapan, de Alfonso Medellín Zenil, 
        Tlacoquemecatl, de Alfonso Gorbea Soto,  Relación de Misantla, de David Ramírez Lavoignet, Breve Historia de Veracruz, de José Luis Melgarejo Vivanco, Los Tepehua, de Roberto Williams García, ambos egresados de la Escuela Normal Veracruzana. 
Con Roberto Bravo Garzón aparecieron  los Cuadernos Antropológicos, del Instituto de Antropología. En su Consejo Editorial estuvieron Alfonso Gorbea Soto,  José Luis Melgarejo Vivanco, y Alfonso Medellín Zenil. Posteriormente  se editó el Boletín informativo del Instituto de Antropología. Desde entonces se presentaban informes anuales, sobre las actividades académicas y de investigación.  Alfonso Medellín Zenil escribió en el número 1, con fecha de mayo de 1978, de  Cuadernos Antropológicos que:

El Archivo Técnico del Instituto cuenta con más de 400 trabajos inéditos. De este acervo que se irán publicando algunas monografías interesantes, y de ser posible, se reeditarán algunas obras agotadas que se consideran básicas para la Antropología.

Héctor Salmerón Roiz respaldó la edición de Cuadernos del museo,   el número uno apareció en septiembre de 1983. Más tarde, Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez sostuvo dichas publicaciones  que daban a conocer los resultados de investigaciones del personal académico adscrito al Museo de Antropología. En la entrega 4, enero-junio de 1985, se divulgó el “Reporte final de Campo Proyecto Matacapan: temporada 1983", a cargo de Robert  S. Santley y Ponciano Ortiz Ceballos.
También hay que destacar el informe: "Los materiales etnográfico del museo antropológico de la Universidad veracruzana", de Álvaro Brizuela Absalón. Informaciones y datos y etnográficos sobre la construcción de las salas del primer museo de antropología que tuvo la capital veracruzana; con su rico acervo etnográfico que se cuantificó en un registro original sobre los objetos, su utilidad y servicio. Aparte de la descripción de las artesanías, carpintería,  cestería y textilería de los pueblos originales del estado de Veracruz, se ofreció un acercamiento al registro de la exposición de vestimentas  indígenas.
 Álvaro Brizuela Absalón informó en 1985 sobre la presencia de los antropólogos Marcelo  Díaz de Salas, Heriberto García Salazar, Alfonso Gorbea  Soto y Luis Reyes García, quienes empezaron a trabajar sobre la sala de etnografía. También  dio a conocer que para 1966 los antropólogos citados escribieron y dieron a la luz pública una  “Guía para la sala de etnografía del Museo de Antropología”. Se debe recordar la herencia anterior de Gustavo A. Rodríguez, quien reunió y aportó la colección de yugos totonacos más importante  en los años cuarenta en la capital veracruzana; puede consultarse su artículo “El Sentido Astronómico del Yugo”, publicado en el número 51 de la Revista Momento, octubre de 1949.
Heriberto García Salazar  informó sobre su valioso trabajo de campo “Cuahuixtláhuac: Sentimiento de grupo y tendencia al campo en una pequeña comunidad mexicana de la sierra de Zongolica”; el cual formó parte de tres temporadas en 1961-62 al margen de un trabajo sobre la tenencia de la tierra encabezado por Luis Reyes García. Dicho material se incluyó en La Palabra y el Hombre, en el número 36, octubre-diciembre 1965. Es importante señalar las fotografías etnográficas que acompañan al trabajo de investigación de Heriberto García Salazar.
Fueron algunos testimonios de las primeras contribuciones  a la antropología en el Estado de Veracruz.  Todavía resultan en nuestros días,  las  mejores aportaciones del humanismo en búsqueda del conocimiento y principalmente el respaldo de la Universidad Veracruzana en  la  difusión de los trabajos de  investigación en libros y revistas. &





â La Palabra y el Hombre, No 1, enero-marzo de 1957, pp. 7-14
â Colaboró en la Editorial de la Universidad Veracruzana, con dos poemas publicados en La Palabra y el Hombre, hizo el valioso prólogo al libro Magia de la risa.

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