Raúl Hernández Viveros
Uno de los pilares más importantes de la Universidad Veracruzana,
fue el rector Gonzálo Aguirre Beltrán, porque el 11 de enero de 1957 impulsó la
creación del Instituto de Antropología, la Escuela de Antropología la Escuela
de Historia y la Escuela de Letras. También fundó el proyecto editorial de la
revista “La Palabra y el Hombre”. Al mismo tiempo respaldó la fundación de
importantes colecciones y series de libros.
Es deber ineludible del
universitario, humanista por excelencia, mantener el adecuado equilibrio entre
las alturas inmarcesibles de la técnica y los valores universales de la
humanidad recordando siempre la antigua frase de Protágoras: “El hombre es la
medida de todas las cosas”, agregada, de otra no menos importante: “el
bienestar social, la finalidad última de todo conocimiento.
Afirmó, en 1957, Gonzalo Aguirre
Beltrán, al final del discurso que pronunció durante el inicio de cursos de
esta casa de estudiosâ. La fundación en
1957, del Instituto, de Antropología, la
Escuela de Antropología, la de Historia,
la de Letras, y principalmente el nacimiento del órgano de difusión de
nuestra Máxima Casa de Estudios: La
Palabra y el Hombre, Se advirtieron los primeros resultados en la
serie de publicaciones del Instituto de Antropología, con la
edición de Cerámicas del Totonacapan, de Alfonso Medellín Zenil, quien
escribió:
Este libro intenta una síntesis
de lo más importante que hemos podido conocer
en la exploración del área totonaca del Estado de Veracruz, a través de
unos 10 años. Han sido registradas aproximadamente unas 500 zonas arqueológicas
que se localizan entre la cuenca del Papaloapan por el sur y de la costa a la
zona frigo-serrana.
El trabajo de investigación fue parte
fundamental por su calidad y valor científicos, además de su divulgación en publicaciones; permitiendo su accesibilidad a los lectores no especializados, e involucrándose en forma directa con la
comunidad universitaria. Al conocer entonces
los frutos de las exploraciones e investigaciones realizadas, pudo
demostrarse el afán por rescatar,
esclarecer y registrar el
desarrollo cultural de las
civilizaciones prehispánicas que tuvieron asiento en algunas partes del Estado
de Veracruz.
Gonzalo Aguirre Beltrán, dejó su
herencia cultural que se encuentra perfectamente delineada entre los proyectos
de creación de nuevos espacios abiertos hacia el pensamiento, la docencia y la
investigación. La circunstancia de haber
respaldado el incentivo de un órgano de investigaciones libres, con una enorme
variedad para el desarrollo del
pensamiento latinoamericano, representó una de las mayores contribuciones a la cultura nacional. Fernando Salmerón Roiz, señaló
la importancia de La Palabra y el Hombre:
…porque esa es la más notable paradoja de la condición
humana: que el hombre para serlo en un sentido pleno, ha de lograr que madure
su propia individualidad, y al mismo tiempo, ha de saber entregarla a los demás
hombres. Ha de ser a la vez persona y
prójimo; libertad y sociedad, soledad y comunicación; palabra y hombre.
El Instituto de Antropología resultó la
culminación y desenlace que tuvo su origen el 1º de enero de 1937 al
fundarse la sección de asuntos
indígenas; posteriormente se llamó Sección de Antropología, y más tarde
denominado Departamento de Antropología. Estos primeros esfuerzos por rescatar
algunos materiales arqueológicos, antropológicos y estudios sobre la cultura veracruzana, fueron consolidados
al abrirse el espacio en donde se concentró un grupo de investigadores que
debería responder a las tareas de analizar, interpretar y registrar las
principales zonas indígenas y los
vestigios culturales de nuestros
antepasados. Al mismo tiempo, de complementar los diseños curriculares en
la labor académica de la Facultad de
Antropología. De manera notable, Roberto
Williams García, uno de los pioneros de la antropología veracruzana, registró los siguientes datos:
La década de los cincuenta puede considerarse
intensa, la de mayor ímpetu arqueológico
para Medellín al explorar
diversas zonas y haber obtenido
piezas para el museo que se proyectaba. Museo que recibió absoluto apoyo
cuando el gobierno del licenciado
.Antonio M. Quirasco, del cual
formaba parte el maestro José Luis Melgarejo como subsecretario de
gobierno. Este gobierno nombró
como rector de la Universidad Veracruzana,
al doctor en medicina Gonzalo
Aguirre Beltrán, antropólogo de valía
nacional quien, de inmediato, convirtió al supra mencionado departamento en
Instituto de Antropología, además de
promover la fundación de la Escuela de
Antropología, siendo Medellín designado director de la misma Escuela y del Instituto de
Antropología. Se acariciaba desde varios
años el proyecto de la
creación del Museo como aparador donde se mostrase la potencia escultórica del antiguo veracruzano. Melgarejo y Medellín trabajaron juntos en el proyecto de construcción del
edificio destinado al albergue y
exhibición del patrimonio arqueológico de Veracruz.
La riqueza bibliográfica de la Universidad Veracruzana,
estuvo acompañada por las investigaciones relacionadas con los informes de las
exploraciones arqueológicas, trabajos etnográficos, diarios de campo y búsquedas acuciosas en archivos estatales y
nacionales, En las páginas de La
Palabra y el Hombre, pueden todavía consultarse materiales indispensables
que constituyen el reflejo de la dinámica intelectual del quehacer
universitario.
Para celebrar las 4 décadas del
Instituto de Antropología, se realizó el
“Simposio 40 años de Antropología en Veracruz“, estos valiosos materiales de
ponencias aparecieron en el libro: Antropología e historia en Veracruz,
que coordiné bajo la dirección del
historiador Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, vinculó al Instituto de
Antropología de la excelencia académica. Permanece el testimonio contenido en la recopilación de 630 páginas
de Antropología
e Historia en Veracruz, editado en
1999. Al final de mi ponencia incluida en este libro,
señalé mi punto de vista sobre la
lectura crítica de las aportaciones en La Palabra y el Hombre, como:
La experiencia de revisar cada
colaboración de Alfonso Medellín Zenil
culmina con la expectación de haber sido asombrado por el espíritu de un
precursor en la arqueología de
México, por su lealtad y espíritu de
servicio a un territorio que fue la visión
de su manera de ser mexicano y sentirse veracruzano (p. 401).
El Instituto de Antropología resguarda
en su biblioteca desde su fundación algunos acervos bibliográficos pertenecientes a Gonzalo Aguirre Beltrán, José
García Payón, David Ramírez Lavoignet, entre otros apreciables materiales
que fueron donados por sus herederos. También hay que subrayar la
importancia de las investigaciones en el
Archivo Técnico, donde se albergan importantes informes de investigaciones. En 2008, la Secretaría de
Educación de Veracruz realizó un
reconocimiento a uno de los importantes impulsores del nacimiento del Instituto
de Antropología. Por lo cual se hizo la edición del libro Selección de Ensayos y Poemas, En sus páginas participé con mi
investigación: “Textos de José Luis Melgarejo Vivanco en La Palabra y el Hombre”.
En 2014 celebramos el centenario del
nacimiento de este importante veracruzano, quien nació en Palmas de Abajo, Municipio
de Actopan Veracruz el 19 de agosto de 1914. Año en que también nacieron
Octavio Paz,â Efraín Huerta
y José Revueltas. Por lo que en esta ocasión rescatamos las primeras líneas del
ensayo “En torno a la mexicanidad”, de José Luis Melgarejo Vivanco:
Tal vez uno de los aspectos más
importantes de la Revolución Mexicana sea su preocupación por conocer a México,
a los mexicanos, a lo mexicano. Para lo primero, valiosos hombres de ciencia
mantienen tirante la voluntad, en un esfuerzo sin orillas ni reconocimiento. A
lo segundo se dedicó un grupo de lo mejor del pensamiento nacional, pero topó
con la incomprensión, y el insulto. Pese a ello, conviene perseverar en el
propósito esclarecedor, con miras a una futura Sociología Mexicana, porque
jamás quedará integrado el todo si falta una de las partes, y entre lo mucho
urgido de meditación, existen los conceptos de indígena, español, indiano,
criollo, mestizo, referidos a hombres concretos de un territorio material, y no
a invenciones flotando en los paraísos artificiales del idealismo.
La
herencia académica de Gonzalo Aguirre Beltrán y Fernando Salmerón Roiz,
prosigue hasta nuestro tiempo de crisis, incertidumbre, violencia y corrupción.
Sus propuestas educativas y culturales continúan en la actualidad, como un
punto de partida; desde donde se promovió y animó la distribución del
conocimiento y el pensamiento. Desde sus respectivos proyectos universitarios
comenzaron y promovieron la publicación de estudios y resultados de
investigación, como obras de consulta obligatoria. Las fuentes de consulta
bibliográfica de: Pasión y Muerte del
Cristo Sol, de Luis Reyes García, Cerámicas de Totonacapan, de Alfonso
Medellín Zenil,
Tlacoquemecatl, de Alfonso
Gorbea Soto, Relación de Misantla, de David Ramírez Lavoignet, Breve Historia de Veracruz, de José Luis
Melgarejo Vivanco, Los Tepehua, de
Roberto Williams García, ambos egresados de la Escuela Normal Veracruzana.
Con
Roberto Bravo Garzón aparecieron los Cuadernos Antropológicos, del Instituto
de Antropología. En su Consejo Editorial estuvieron Alfonso Gorbea Soto, José Luis Melgarejo Vivanco, y Alfonso
Medellín Zenil. Posteriormente se editó
el Boletín informativo del Instituto de
Antropología. Desde entonces se presentaban informes anuales, sobre las
actividades académicas y de investigación.
Alfonso Medellín Zenil escribió en el número 1, con fecha de mayo de
1978, de
Cuadernos Antropológicos que:
El Archivo Técnico del Instituto
cuenta con más de 400 trabajos inéditos. De este acervo que se irán publicando
algunas monografías interesantes, y de ser posible, se reeditarán algunas obras
agotadas que se consideran básicas para la Antropología.
Héctor
Salmerón Roiz respaldó la edición de Cuadernos
del museo, el número uno apareció
en septiembre de 1983. Más tarde, Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez sostuvo
dichas publicaciones que daban a conocer
los resultados de investigaciones del personal académico adscrito al Museo de
Antropología. En la entrega 4, enero-junio de 1985, se divulgó el “Reporte
final de Campo Proyecto Matacapan: temporada 1983", a cargo de Robert S. Santley y Ponciano Ortiz Ceballos.
También
hay que destacar el informe: "Los materiales etnográfico del museo
antropológico de la Universidad veracruzana", de Álvaro Brizuela Absalón. Informaciones
y datos y etnográficos sobre la construcción de las salas del primer museo de
antropología que tuvo la capital veracruzana; con su rico acervo etnográfico
que se cuantificó en un registro original sobre los objetos, su utilidad y
servicio. Aparte de la descripción de las artesanías, carpintería, cestería y textilería de los pueblos
originales del estado de Veracruz, se ofreció un acercamiento al registro de la
exposición de vestimentas indígenas.
Álvaro Brizuela Absalón informó en 1985 sobre
la presencia de los antropólogos Marcelo
Díaz de Salas, Heriberto García Salazar, Alfonso Gorbea Soto y Luis Reyes García, quienes empezaron a
trabajar sobre la sala de etnografía. También
dio a conocer que para 1966 los antropólogos citados escribieron y
dieron a la luz pública una “Guía para
la sala de etnografía del Museo de Antropología”. Se debe recordar la herencia
anterior de Gustavo A. Rodríguez, quien reunió y aportó la colección de yugos
totonacos más importante en los años
cuarenta en la capital veracruzana; puede consultarse su artículo “El Sentido
Astronómico del Yugo”, publicado en el número 51 de la Revista Momento, octubre
de 1949.
Heriberto
García Salazar informó sobre su valioso
trabajo de campo “Cuahuixtláhuac: Sentimiento de grupo y tendencia al campo en
una pequeña comunidad mexicana de la sierra de Zongolica”; el cual formó parte
de tres temporadas en 1961-62 al margen de un trabajo sobre la tenencia de la
tierra encabezado por Luis Reyes García. Dicho material se incluyó en La Palabra y el Hombre, en el número 36,
octubre-diciembre 1965. Es importante señalar las fotografías etnográficas que
acompañan al trabajo de investigación de Heriberto García Salazar.
Fueron
algunos testimonios de las primeras contribuciones a la antropología en el Estado de
Veracruz. Todavía resultan en nuestros
días, las mejores aportaciones del humanismo en
búsqueda del conocimiento y principalmente el respaldo de la Universidad
Veracruzana en la difusión de los trabajos de investigación en libros y revistas. &
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