martes, 10 de agosto de 2010

Homenaje a Raúl Hernández Viveros



Homenaje a Raúl Hernández Viveros
Por Alberto Hernández Vásquez
























El 29 de julio se llevó a cabo un merecido homenaje al escritor Raúl Hernández Viveros, en el Paraninfo del Colegio Preparatorio de Xalapa. Con la mayor reserva y discreción, un grupo de colegas y discípulos del director de la revista Cultura de VeracruZ, tuvo a bien rendirle un emotivo y espontáneo reconocimiento al fundador de este espacio de literatura contemporánea, que aparece cada mes en la capital veracruzana. Desde 2005 renació en su Nueva Época, con números dedicados a la difusión de jóvenes escritores de América Latina, España, y principalmente de México.
Por tal motivo, participaron con sus comentarios escritores y académicos. El periodista Omar Piña coordinó este homenaje, y presentó a cada uno de los ponentes. Marco Tulio Aguilera Garramuño reconoció notables similitudes literarias suyas con las del autor originario de Ciudad Mendoza, a quien felicitó por su apoyo en la difusión de los nuevos autores veracruzanos. María Esther Mandujano destacó la trayectoria literaria, autor de varios libros de cuentos, ensayos y novela, así como su papel como editor de Raúl Hernández Viveros.
Armando Ortiz definió como uno de sus maestros al creador y promotor en la generación de los “engendros” literarios, que ha editado Ediciones Cultura de VeracruZ, y también destacó la sabiduría en el arte culinario, y también su trascendental conocimiento en el campo de la enología, por parte del maestro Raúl Hernández Viveros. Juan Ventura Sandoval hizo hincapié en el papel del crítico literario y lector que descubre noveles talentos de las letras mexicanas, y mencionó su pasión y placer por la divulgación de la lectura.
Concluyó la mesa de comentarios, Julio César Martínez, quien llevó a cabo un análisis literario de las primeras obras de Raúl Hernández Viveros, hasta llegar al terreno de la filosofía por mostrar el pensamiento del proyecto de este distinguido autor veracruzano. Julio César Martínez, solicitó que el público asistente se pusiera de pie, y se escuchó un prolongado aplauso de varios minutos como homenaje, y solicitó que en próximas Ferias de Libro Infantil, Juvenil, o Universitario se rinda un homenaje institucional y verdadero reconocimiento a este impulsor de las nuevas generaciones de escritores veracruzanos.
Entre los asistentes, destacaron, el escritor Luís Arturo Ramos, el historiador Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, los narradores Fernando Winfield Reyes y Jaime Renán González Pérez, los restauradores Raúl Arieta Quinto, y Brígido Lara Lara, entre otras personalidades. Algunos de los asistentes a este acto literario, tuvieron la oportunidad de obtener ejemplares de recientes números de la revista Cultura de VeracruZ. Su director Raúl Hernández Viveros, autor de La generosidad divina, uno de sus recientes libros en agradecimiento, mencionó la cita de Sócrates: “Conocer es recordar”, y la línea del poeta Jorge Guillén: “Soy, más, estoy, respiro”.

La magnificencia literaria *
Por Esther Mandujano García


Hace poco más de un mes se presentó en el auditorio del Punto y Aparte, el reciente libro de Raúl Hernández Viveros titulado La generosidad divina, Leega literaria, México, 2009. Traigo a este lugar el titulo del libro porque quiero comenzar diciendo que la generosidad divina de Raúl Hernández Viveros, nos ha permitido a muchos difundir nuestro pensamiento y emociones. Hechos prosa o poesía, a través de su persistente labor de publicar y promover la edición de innumerables textos.

También su generosidad divina nos atrae a su mesa para disfrutar con él y Aida; acompañados de sus guisos míticos, de una plática inteligente, informada. Bastante amena y salpicada de lecturas de autores reconocidos y no tanto. Informaciones de noticias de actualidad y de inmortales versos escritos por la inspiración de grandes poetas.

Raúl Hernández Viveros, contagia su pasión por la literatura. De pronto ahogados por el llanto o por la risa nos sumergimos en los textos compartidos para maravillarnos ante la belleza de la palabra, ante la profundidad del pensamiento, y la suspicacia de un análisis sobre la realidad. Es un maestro permanente, sin pretensión de serlo, porque en su pasión inspira a perseguir el fantasma intangible del texto que subyace en nuestra imaginación, a esculpir letra a letra el proyecto aquel que daba vueltas en nuestro pensamiento sin encontrar su ancla.

Raúl Hernández Viveros ha hecho puentes entre los escritores de muchos países de América y Europa, y esta labor fundamental nutre en ambos sentidos el trabajo que se realiza en los diferentes lugares, nos acerca de igual manera y sin prejuicios tanto a reconocidos autores como a jóvenes que se inician en la aventura literaria.

Libros, libros, libros, belleza, pensamientos, ideas, humor, inteligencia y más libros, son ingredientes que no faltan en su mesa y que los comparte con la generosidad divina que lo caracteriza.

Raúl Hernández Viveros el escritor, es otro personaje. Agudo, sensitivo, sabe tejer personajes punto por punto. Personajes cincelados con trozos del recuerdo, nacidos de sus vivencias y perfilados por la nostalgia de los días transcurridos, y que antes de escaparse en el humo de la memoria son salvados por la literatura con la ansiedad de quien ve partir trenes en el andén sin poder detener ni prolongar el justo instante de su partida. Los rescata con la urgencia de impedir que se vayan sin retorno. Tal vez por eso le gusta esa canción de Serrat Aquellas pequeñas cosas que dice:

“Uno se cree
que los mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
Que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón…”

En su ya larga trayectoria por las letras ha escrito anécdota, reseña, relatos, novela, etc.. Es decir, ha echado mano de todos los géneros para expresarse. Me gustan esos personajes complicados, retorcidos, casi surrealistas que muchas veces aparecen en sus relatos y que se arrastran por las escenas para sorprendernos de pronto con algún desenlace inesperado.

Me gusta también su Tigre del Gualdaquivir, un pobre diablo que vivía del recuerdo de sus glorias pasadas y que perturbado por el alcohol y sus miserias recorre Sevilla para ir a vomitar sus penas al Guadalquivir… Raúl Hernández Viveros es un escritor formado en el análisis, la lectura permanente, los viajes prolíficos. El dialogo inteligente con sus congéneres, entre la soledad del silencio. Dentro de sus caminatas diarias, su visión del mundo, y su pasión por difundir el quehacer literario de sus discípulos, amigos, engendros, o de sus hijos putativos.

Por esta y otras razones, me sumo al homenaje que le hacemos merecidamente a Raúl Hernández Viveros. Uno de los promotores fervientes y constantes de la literatura veracruzana y de México. Por su labor como escritor en búsqueda constante de temas y razones para expresar su pensamiento y por su pasión a la literatura, que nos contagia la dicha de descubrir en las letras un camino certero hacia la libertad del pensamiento y del alma.

* Texto leído durante el homenaje a Raúl Hernández Viveros, que un grupo de colegas y discípulos del director de la revista Cultura de VeracruZ, le rindió en el Colegio Preparatorio de Xalapa, Ver..

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