miércoles, 22 de abril de 2009

Aniversarios y lecturas imprescindibles


Raúl Hernández Viveros

HACE un cuarto de siglo que murió Julio Cortázar. Ahora, con motivo de su aniversario, aparecieron algunos materiales que permanecían inéditos. Cultura de VeracruZ, en su número de febrero, dedicó una parte a recordar al autor de Rayuela, quien estuvo invitado por la Universidad Veracruzana, varias décadas atrás, en la capital veracruzana. Desde luego vino invitado por Jorge Ruffinelli, y pude conocerlo en la lectura de algunos de sus inolvidables textos literarios.

Otra conmemoración fue el aniversario del nacimiento de Carlos Darwin (1809-82), conocido por su teoría de la evolución de las especies, quien llevó a cabo un viaje en el barco "Beagle", durante cinco años de estudio en el Pacífico sur, y recopiló investigaciones en torno al archipiélago Galápagos. En dicho lustro, estudió la flora y fauna, para su máxima aportación en su libro "El origen de las especies por su selección natural".

En el presente mes se celebran 70 años de la muerte de Antonio Machado, en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero. Al mismo tiempo que el 70 aniversario de la llegada a México de los refugiados españoles republicanos a quienes nuestro país les abrió fraternalmente las puertas, con la finalidad de ofrecerles asilo. Entre los ilustres intelectuales hay que mencionar sólo ahora varios escritores como Max Aub, Juan Rejano, Pedro Garfias, Eulalio Ferrer, Emilio Prados, Ramón Xirau, José Gaos, entre otros distinguidos refugiados españoles en México. Guillermo Landa ofrece en estas páginas de Cultura de VeracruZ, no. 42, su poema “Réquien por Pedro Garfias”.

No obstante, hay que recordar en forma digna a Antonio Machado por sus trascendentales aportaciones al campo de la poesía y dentro de la reflexión sobre sus búsquedas estéticas. En 1931 redactó los bocetos de un discurso que Antonio Machado preparaba con motivo de su ingreso a la Academia Española. Fue publicado en la Revista Hispánica Moderna, que se editaba en Nueva York, y luego se recogió por la editorial Losada en el libro Los complementarios.

Al final de sus palabras recomendaba: “hay que hacer las cosas bien; por otra, a veces, es mejor no intentar siquiera hacerlas; pero lo abominable, es hacerlas mal. Entre la búsqueda hacia el encuentro con la verdadera obra de arte, Antonio Machado insistió en "decir algo de lo que a mí me parece actual en poesía, por si pudiera alcanzar un poco de lo que pueda ser su porvenir. Comprendo que el oficio profeta es, como se dice, arduo de suyo, y en nuestros días más que nunca aventurado y expuesto al error.

Sin embargo, hoy como ayer, la misión de los ojos -los ojos de la cara y los del espíritu- es ver. Mas como toda visión requiere distancia, lo verdaderamente difícil no es distinguir lo que viene hacia nosotros o aquello que de nosotros se aleja, sino precisamente lo que se nos encima y nos envuelve. El gran problema de la crítica es siempre el análisis de lo presente y de lo cercano". Cortázar, Darwin y Machado continúan inmersos y contemporáneos en cada lectura actual.

Eulalio Ferrer Rodríguez se encuentra en el cielo, rodeado de sus amigos y colegas que se le adelantaron, particularmente con aquellos miembros de la Bohemia insuperable de los años 50 del siglo XX, en la ciudad de México; también acompañado de sus inseparables Paco Ignacio Taibo I y Roberto Williams García, quiero referirme a la presencia valiosa y trascendental de uno de los refugiados españoles que fue rescatado de un campo de concentración en Francia para encontrar la libertad en su amado y venerado México. Eulalio Ferrer falleció en la ciudad de México.

Hay que destacar su pasión por la publicidad. Creo que sin sus enseñanzas en esta materia, las cosas en el campo de la propaganda no serían lo que son en la actualidad. Participó en muchos proyectos de difusión de productos, y principalmente en la promoción de México hacia cualquier parte del mundo. Todavía están por aparecer a la luz pública miles de páginas autobiográficas, entre ellas sus memorias en la prisión y campos de concentración del general Franco: "Entre alambradas". Por otra parte, permanecen inéditos fragmentos de sus recuerdos de la Bohemia de los años cincuenta en México.

Por fortuna, la Revista de la Universidad de México dio a conocer algunos capítulos deliciosos de dichos recuerdos. Por ejemplo, sus notas sobre Agustín Lara y María Félix, o bien la veneración que tenía por Tata Nacho. Todo esto, producto de su asesoramiento a varios programas en la televisión mexicana. Gracias a su empresa Publicidad Ferrer, fundó importantes espacios en el canal 2, cuando en la escena aparecían los principales compositores y cantantes de aquellos años. Se debe reconocer su enorme amistad con los personajes esenciales de la Bohemia mexicana.

Gracias a Eulalio Ferrer existe una versión de la canción Broadway de Agustín Lara "... muchacha rubia, de ojos azules/ sin corazón/. ¿Quién se robó la sonrisa más bella del mundo? Broadway, adiós, yo ya me voy". En otro aspecto, sobresale su actitud de mecenas, porque Eulalio Ferrer se propuso obtener la fundamental colección de obras de Miguel de Cervantes Saavedra. Diversas ediciones en castellano y en otros idiomas. A veces a sus más cercanos amigos les mostraba una de las primeras ediciones de "Don Quijote de la Mancha"; uno de los 262 ejemplares que, a bordo del "Espíritu Santo", penetraron por Veracruz a territorio de la Nueva España.

Eulalio Ferrer se consagró como uno de los impulsores del Festival Cervantino en Guanajuato y logró fundar el Museo de Cervantes con el obsequio y entrega de una colección de cuadros con la figura de Miguel de Cervantes Saavedra. Este exiliado español pudo contagiarse de la inspiración de nuestras canciones y compositores, como Tata Nacho, a quien casi lo descubrió en la escritura de "La borrachita", o "Adiós, mi chaparrita". Por supuesto con Agustín Lara, quien llegó iluminado al "Rincón bohemio", y delante de las cámaras, sacó su ánfora, y ante la audiencia nacional, dijo: "brindemos con un buen coñac y no con las porquerías que anuncian en este programa". Sin lugar a dudas, Eulalio Ferrer fue un impulsor de la promoción de los vinos en México, procedentes de los extraordinarios viñedos españoles, y también promovió la pasión quijotesca de nuestro tiempo.

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