jueves, 10 de marzo de 2011

La trascendencia de Miguel León-Portilla

Por Raúl Hernández Viveros












A la memoria de Mariano Martínez Bautista




Durante el homenaje que la UNAM le rindió a Miguel León-Portilla, el rector José Narro dijo que: “Se trata de un personaje porque trasciende su tiempo, pero pertenece a él; sueña, imagina y piensa que las cosas pueden hacerse mejor, En medio del tropezón, del bache como el que vive México, mantenemos la esperanza y la certeza de salir adelante por gente como él”. Por su parte, Miguel León-Portilla sostuvo que “el país nos duele por sus desigualdades espantosas”. De esta manera se conmemoró el 85 aniversario de su natalicio, el 22 de febrero del presente año. “Se trata de un personaje, porque trasciende su tiempo, pero pertenece a él; sueña, imagina y piensa que las cosas pueden hacerse mejor, pero, al mismo tiempo, hace y construye en favor de la solución de problemas de hoy”, dijo el rector de la UNAM.


Como palabras de agradecimiento, Miguel León-Portilla aseguró que “México nos duele por sus desigualdades espantosas; mientras unas personas tienen miles de millones, otras no tienen para comer y no perciben ni siquiera el salario mínimo, tan ridículo. Pero también por la violencia, que puede estar muy ligada a la inequidad social y económica. La Universidad Nacional es la única que puede guiarnos por caminos de solución a través de la educación superior. Los mexicanos, no podemos quebrantar la esperanza, porque el día que lo hagamos estaremos perdidos.”


“No somos gatos de la historia, somos herederos de dos civilizaciones originarias, la de Mesoamérica y la del Mediterráneo, legados que a veces han estado en conflicto y que esperemos entren en solución para bien nuestro”, fundamentó Miguel León-Portilla, doctor en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras y emérito del Sistema Nacional de Investigadores. Estudioso del pensamiento de los antiguos mexicanos, siempre destaca la autonomía de los pueblos indígenas. Nació el 22 de febrero de 1926 en la Ciudad de México. En la Facultad de Filosofía y Letras, se doctoró en filosofía, dirigido por Ángel María Garibay, con la tesis titulada "La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes". Entre su amplia bibliografía pueden citarse algunas obras: Los antiguos mexicanos, La visión de los vencidos. Literaturas indígenas de México, Tonantzin Guadalupe, Quince poetas del mundo náhuatl, y la antología De Teotihuacan a los aztecas.


Durante estas décadas los trabajos de investigación de Miguel León-Portilla, han permitido una profunda aproximación al estudio y conocimiento de la riqueza del mundo prehispánico. Ahora que acaba de celebrar sus 85 años de vida, considero trascendental reflexionar un poco acerca sus importantes versiones sobre los antiguos mexicanos. Sin duda alguna, fue uno de los más valiosos discípulos de Ángel María Garibay Kintana quien fue director del Seminario de Cultura Náhuatl de la UNAM.


Miguel León-Portilla, heredero de estudios fundamentales de su antecesor, conocedor y promotor de la literatura indígena. En 1963, en el volumen publicado en honor al doctor Angel María Garibay K., “Estudios de Cultura Náhuatl”, participó como editor y reunió la Bío-bibliografía hasta ese entonces de su maestro. En su presentación, confesó: “Quienes hemos sido sus discípulos a través de los años, yo lo he sido por más de nueve, en que, semana a semana he pasado a su lado horas que cuento entre las más gratas de mi vida, conocemos bien su rostro sabio y su corazón firmemente enraizado en el pensamiento y en la vida.”


Con motivo de V Centenario de dos mundos, tuvo a su cargo la reproducción facsimilar del libro de Huehuehtlahtoll, en 1988. Tres años después volvió a salir a la luz pública, una edición popular con el estudio introductorio de Miguel León-Portilla, y la transcripción del texto náhuatl y traducción al castellano de Librado Silva Galeana. Se trata de la divulgación de las palabras que describieron los principios y normas del espacio social, político y religioso del pensamiento náhuatl.


Anteriormente tuvo a su cargo la selección, notas e introducción de la versión de textos nahuas de su maestro Ángel María Garibay K. La labor fundamental de Miguel León Portilla resulta de un incalculable valor porque se empeñó siempre en reunir textos que integraron la historia antigua de los mexicanos. En la introducción de su libro Los antiguos mexicanos, destacó que la: “Imagen o visión de una gran cultura, se reflejarán en ella no tanto los hechos se reflejarán en ella no tanto los hechos escuetos, cuanto la interpretación que les dieron los sabios e historiadores nahuas que participaron en ellos. Porque, con matices distintos, pero igualmente humanos, los sabios de Anáhuac, como los de Grecia, supieron también contemplar al mundo y al hombre, creador de cultura, ligando por el simbolismo de las flores y los cantos "lo que existe sobre la tierra" con el mundo misterioso de los dioses y los muertos. De lo que fue su visión maravillosa, casi mágica, el presente libro será tan sólo un trasunto: afanoso intento de repetir "las palabras verdaderas" que dejaron dichas los sabios antiguos.”


Miguel León-Portilla, al lado de su compañera y colega Ascensión, ofreció en 2009, su breve y extraordinario estudio sobre Las primeras gramáticas del Nuevo Mundo, en la colección Centzontle del Fondo de Cultura Económica. Obra dedicada: “A la memoria de Ángel María Garibay, que abrió camino en el estudio de las lenguas mesoamericanas”. Un tributo actual del discípulo al inolvidable maestro; reconocimiento sincero y abierto al impulsor de la sabiduría del estudioso de las crónicas y cantares, o en forma excelsa, del pensamiento y cultura de nuestros antepasados.


En las páginas de Las primeras gramáticas del Nuevo Mundo, se integra la herencia de los primeros estudios de la lengua mexicana. También merece atención la notable la llegada de la imprenta al territorio conquistado por la espada, la pólvora, la imposición de una sola lengua, y una religión. El recorrido minucioso del sometimiento cultural con la aparición del colonialismo, etnocidio, y genocidio en Mesoamérica. Espacio geográfico en donde vivieron 25 millones de personas, que en pocos años fueron sacrificados por los conquistadores hispanos, hasta quedar un poco menos de 5 millones de habitantes.


Por lo cual, Miguel León-Portilla,en el siglo XX respaldó el proyecto de rescatar los testimonios orales de la “Visión de los vencidos”, para que las nuevas generaciones tengan a la mano fragmentos indispensables del pensamiento y la memoria que se transmitió entre los pueblos, comunidades y miembros en cada generación de los indios de México. Frente a una guerra desigual hubo actos de heroísmo que desembocaron en la terrible derrota. Ante las armas rusticas, los cañones, espadas, caballos, arcabuces, y armaduras, se logró la destrucción del imperio azteca. Fue la conciencia histórica que presentó objetivamente la traición y la intriga de convencer a otros pueblos indígenas en colaborar contra los centros más importantes del México antiguo.


Miguel León-Portilla explicó: “No hay que olvidar que los aztecas eran los seguidores del dios de la guerra, Huitzilopochtli; que se consideraban así mismos escogidos del Sol y que hasta entonces habían creído siempre que su misión cósmica y divina era someter a todas las gentes de los cuatro rumbos del universo. Quienes se tenían por invencibles, el pueblo del sol, el más poderoso de la América Media, tuvo que aceptar su derrota. Muertos los dioses, perdido el gobierno y el mando, la fama y la gloria, la experiencia de la conquista, significó algo más que tragedia, quedó clavada en el alma y su recuerdo pasó a ser un trauma”.


Los aztecas no conocían la escritura fonética, y a través de los jeroglíficos, conservaron la memoria de su historia. Estas descripciones o pinturas se conservaron en los códices, y a través de la memoria familiar. Sin embargo se destruyeron infinidad de códices y otros fueron rescatados por los misioneros que aprendieron las lenguas y costumbres de los antiguos mexicanos. Los idiomas y cultos religiosos permanecen hasta nuestros días cómo un testimonio del México profundo.


En 2009, la Revista de la Universidad de México, incluyó un poema bilingüe de Miguel León- Portilla, con su lectura todavía puede contemplarse la relación de los pueblos originarios y el vínculo con la filosofía de nuestros antepasados. La belleza de sus palabras y la admiración por nuestros dioses que se intentó borrar de la historia nacional. Se trata de la poesía náhuatl, de ellos y la mía, como aseguró Miguel León- Portilla, y escribió: “¿Eres tal vez un Tú inabarcable? / Ni te veo, ni te siento, / Pero te busco y quiero encontrarte, / Noche, Viento, ¿eres el mismo / del que hablan la antigua y la nueva palabra”.

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